viernes, 19 de noviembre de 2010

Comentario

En susurro silencioso (redundancia vulgar de mi perspectiva desorientada): 
encontré un par de tacones,
conocí un amor por las aceras, 
lo perdí por las calles. 

Me quité los tacones,
miré desde abajo... subí a ellos de nuevo,
me hice otro color, otra tristeza... 
perdí la "tapita" de un tacón, caminé a lo "chueco",
fui al tapicero, y salí de nuevo con ellos. 
¿Amor nuevo? No! Soledad con altura!
Adoro la soledad tanto como los tacones, 
sobre todo si van a la par 
con el color de la taza de café nocturna.

1 comentario:

TORO SALVAJE dijo...

El poema es delicioso.
Voy a leer más posts.

Besos con altura también.