lunes, 8 de noviembre de 2010

Parece un Final

Tus lágrimas en el vientre de mi pantalón.
Tus rodillas atadas al piso color crema.
Los espejos acosando mis ojos;
el taxi no vendrá.
Ocho disculpas en posición fetal,
somos más de lo que aparentamos ser.
Te repones de inmediato,
un juego de propinas.
Confundido... parece un final.
Negado.

Al espejo con el cepillo en la mano,
el abrazo a espaldas: ¿Se terminó?
"No sé..."
Al lado no hay gritos de pasión. ¿Recuerdas?

Me tomas de la mano. Un beso.
No llores,
los cabellos que cayeron al piso
no tambalean el mundo de los que se suspendieron
para descansar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tus metaforas se cuelan por entre el hormigòn, por sobre los bytes. Tenés un aire muy fresco, muy propio, muy urbano, y la profundidad de aquel que sabe de lo que está hablando. Tu voz particular es una joya en este valle de réplicas. Insipiras y dices distinto, llegas por otros lados, acribillas de sentido y belleza efectivamente, casi letal.
Un beso Niña, un gran placer leerte.