miércoles, 29 de diciembre de 2010

Memento Mori


Temblando por el odio de que seas 
un dios anhelando la muerte,
tus ojos son de tinieblas
escondidas en huecos de ratas infestadas.

El daño entre los dientes,
lenguas con vida propia.

Desde tu cielo mirando por encima de ti,
tu cetro adormece mis tentáculos
penetrando entre tus dedos,
me has debilitado mil veces.

Pie clavado en espigas de malicia
Inmortales soñando entre grises 
largas vidas
y tú,
besando la muerte
Dios de nadie, Dios de mentiras.

Recuerda que no eres inmortal, ni tan siquiera un dios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Insoportable tú o insoportable él?

Alejandro Cabrol dijo...

... se creía que volaba y te encargaste de pisarlo, como a una cucaracha más... bellísimo!