¡Vamos, triturame! Es tu único medio para ignorarme.
María se acuesta impecable en su cama arreglada.
Mira la noche, apaga la luz y se mira al espejo: No tiene rostro esta vez.
Dice algunas mentiras durante el día. Pregunta "¿Quien lleva el volante?" y se duerme.
Entonces se transforma, se sonríe y canta, canta y grita mientras desata el caos en su habitación.
Desafina con templanza, mira su vestido, se desnuda y vuelve a despertar.
Se mira durante dos horas, quizás un poco menos. Se transforma nuevamente, mira el reloj. María no puede dormir.
Fuma María de noche y se mira al espejo.
Cayó de la cama...hermosodesastre, anhelada crisis.
Luego amanece.
Sobredosis, bella sobredosis.
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