martes, 1 de enero de 2013

La Primera Anunciación


El abismo Transcurrió y consigo trajo peleas de perros en las calles, vómitos de embarazadas, caricias de violadores, descendencias de maldiciones calmadas, pacientes, sigilosas /La madre molesta al teléfono y tu voz, tu llanto de alcohol y vivencias que jamás podrás dejar de sentir /Yo tengo miedo a dártelas ahora que te escucho narrar /No podría hacerte daño,
no podrías dejar de sentir.
Me aterra mirar por agujeros pequeños el gran hoyo de tu pecho que sufre, sangra, que altera los niveles de todo aquello que no supe de ti /El misterio, el blanco y negro, tu nariz y el llanto de la flema triste, mi maldita forma de expresar y el sufrimiento del amor intenso que nos hace desestabilizar todos los sistemas que nos rodean hasta llegar a nuestros órganos; partes del dolor. /
Yo también prefiero el encierro pero con una lámpara al lado de mi cama, apagada mientras tanto, para cuando venga veloz y fuertes los pasos de la advertencia de alguno que se va, yo encienda una luz para verle conscientemente, con los dientes apretados la sombra a la despedida, al último suspiro sin nombre.

Alejarse será la muerte, estar cerca es sufrirla por pasos.

El hombre asesina; el Dios suicida al hombre... bajo un lento proceso de estrangulación

¿Cómo será mi último suspiro? ¿Quién verá mi sombra? ¿Quien advertirá que fui yo la del aviso?

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