jueves, 22 de diciembre de 2011

Territorios seguros

Debe haber alguna manera de comerte a carcajadas.
Cuando vuelvan los tiempos de lluvia y los pucheros y el decir cada día "te extraño" para dejar de extrañar lo que es latente.
¿Cuántas páginas en amarillo con trazos negros? La masacre de admiradores, canciones poco famosas o el número de seguidores disminuye a medida que se clasifican las líneas y listas y se reconocen las múltiples personalidades del asesino. Qué suerte no dejar al descubierto las carpetas donde guardamos grabaciones en las que me sugiere no quemarme los labios con el mate, o donde habla de la charcutería secreta. Si lo descubrían, habrían aniquilado a tajos las evidencias, quedando repartidas en migajas para ratones, o las cucarachas de mi habitación.
Podrás divagar el día que decidamos que los dramas no son parte del juego de roles, o para alcanzar la bandera del puente en un mapa de la Segunda Guerra Mundial, para morir desangrados en trincheras virtuales con errores gráficos. Pintar las paredes con el nombre del caos, o las letras que faltan y no reprimir el título bien otorgado de Insoportable, o reina o niña malcriada. 19 no es un mal número, aún lo imagino de esa edad por la delgadez de su pecho desnudo entre la poca luz y la pintura de fondo que no logro descifrar. O quizás por los vellos de sus piernas delgadas.
Mientras el desarrollo vial de mi ciudad queda consolidado para años próximos, las de su ciudad son costosas y hay más lluvia, a diario. La conversación es confusa y se preparan las maletas para no salir.
¡Deje ya ese tono inerte! hágame reír como en días anteriores, mire que los estudiantes actúan con violencia frente a los policías y es difícil salir de noche a buscar un teléfono y atrincherarse de nuevo en el otro mapa del juego este de la guerra, se ha vuelto tedioso. Reconozco mis errores, repararlos, no sé.
Entré en un bosque de hongos gigantes donde no había ratas, como en sus sueños.
¿Ha pasado la peste? ¿Cuál era su color?

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