domingo, 22 de julio de 2012

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Hacía falta un café, menos edad y tacharse menos de comprensivos


Íbamos corriendo hasta que llegamos a la verdad.
Trataba de la edad, de la madurez, del hijo y de la locura.
Trataba de viajar a otra ciudad, de los años de palabras y
las esquinas sucias de los cuadros de la pared.
Trataba más de bien de condenarse a ser libre,
a sonreir a las chicas mayores, a tener sexo hasta las 4 am.

Y despues de todo era un ofrecimiento.
Tanta tragedia por insinuar besos y caricias en un hotel del centro;
para no llegar a nada más.

Se trata de querer mas que de comprender,
de eso se trataba esa noche.