sábado, 28 de noviembre de 2009

Ese Chico (segunda parte)

Me tocó continuar este pequeño relato que, a pesar de no querer escribir, o de que inutilmente nadie se detendrá a leerlo; aún asi lo quiero dejar para quien se interese en perder unos minutos en esta incomprensible pero pequeña manera de escribir sobre "cositas" que me atan al desánimo o a la luz al final del túnel... aunque realmente no sé si existe un final y todavía no estoy ni tan siquiera dentro del túnel.


Para no caer en esos detalles de lo grande o lo pequeño de ese chico, diré que después de todo, aprendió a bailar; aunque en malos pasos, o mejor dicho: malos brazos.
Despues de llegar al año de la crisis verídica de las parejas (o sea el septimo año) y un hijo (verídico también en estos tiempos: nace un hijo y de pronto el hombre dice estar cansado, dice que ya no disfruta y se despega a las responsabilidades y sale a hacer todo aquello que no hizo aún cuando era libre) se largó, y a poco de tres meses ya salía con una mujer que odiaba a su hijo,  y a la cual, despues de casi nueve meses, terminó llamando "la madrina del equipo" (¿?)
Era gracioso escucharlo decir eso, pero era más gracioso mirar a un hombre caer victima de sus palabras, que en el pasado fueron muy críticas y duras. Ahora repite paso a paso, sin perder detalle, todo aquello que ha odiado en los demás. Parecía como si estuviera en primer grado, donde la maestra aun coloca "o" y "a" con punticos para que pueda hacerlo bien.
Creo que ese chico había salido de una etapa aburrida de enamorado, de tonto, de ilusionado, de maltratado. Ahora era el chico bien, el más "cool". Ese chico había pasado de ser el que recibía llamadas para escuchar gritos y reproches porque no llegaba temprano, a ser el chico que decía: "lo siento, hoy voy a echarme unos tragos con los amigos, ya no llegaré!"
Aquel tiempo, cuando separó su mundo del de la mujer a la que aún ama, comenzó a cambiar muchas cosas, por no decir todo. Hoy en día dice que quiere cambiar todo en su vida.
Esos cambios le hicieron arrastrar un poco de alegría y mucho de tristeza. Conoció tambien el montecito en papel y a donde iba llevaba el humo sin importar la opinión de los demás. Creía que le hacía notar más, que la gente lo miraba y eso era bueno. Con aquellos grandes ojos rojos, que con las pupilas dilatadas parecían ojos de boxeador clandestino y novato justo en el tercer round. Sí! le hacía notar más!.. nunca para bien.
Ya comenzaba el rechazo de los amigos que no andaban en el mismo son y no le iba bien con las mujeres, ni siquiera con la que llamaba "la madrina del equipo" que terminó por dejarle con unos amigos menos y con un contagio de más. Tan llenas de sorpresas las mujeres y tan tontos los hombres.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Tu miedo o el mio

No espero absolutamente nada de comprensión. Este es uno de esos escritos que llevan a la malinterpretación que despues de todo a mi me satisface. Del amor y el sufrimiento sacamos cualquier desvío, pero al final y despues de tanta tortura alguien prefiere darse de alta...........y se va.

Si a mi paz le diera tu muerte, sentiría satisfacción
Tranquila niña! No llores, sólo estoy meditando

Si torturar tu pecho con clavos y martillo
hasta llegar a tu corazón y desangrarlo, me daría calma,
ahora mismo comenzaría a dessbotonar tu camisa

No! no sufras niña. Este es un pensamiento en voz alta

Cuantas veces has podido quedarte conmigo?
Dejame mirar las oportunidades en estos dos años que han pasado
con tantos vaivén (...)
Niña; debiste pensarlo mejor!

Si a mis ojos le secan la melancolía tus fluídos,
no tiembles mi niña
no peso tanto como me has pesado tu.

No! no intentestes desatarte! Yo lo hago,
Sólo dejate abrazar.

Qué lástima mi niña de ojos grandes,
mi niña de cabello enredado...
tanto me has hecho pensar, imaginar y meditar como sería el fin
y nada más que con un fuerte abrazo
ya dejaste de respirar

viernes, 13 de noviembre de 2009

Lo aprendí de ti

De tanta desilusión me fui a mirar el cielo
en su esquina oscura
y comencé a besar mujeres y a besar botellas
a arrancar los botones de sus faldas
tal cual hombre, y a cerra los ojos tal cual mujer.
A decir mentiras y a escuchar Sabina,
y a no llamar mañana.
A llegar tarde y no decir "lo siento"
a no explicar ni decir "te quiero"
porque de alguien hay que aprender.
Por que no me gustó esperar,
porque me olvidé de ti

lunes, 2 de noviembre de 2009

sin titulo

Sogas... sogas que respiran en su cuello.
Sogas que reinan alrededor de su cabello.
Sogas que miran sus muñecas
que se enamoran de su tristeza.
Agujas en el vientre
birutas en sus ojos
escombros de humo entre sus dientes.
El inmenso horizonte entre cuatro paredes
una larga cabellera. No la deja mirar.
no puede mirar más allá de la humedad
de las paredes


Luz Mary Herrera
Venezolana
Con este poema participo en el segundo Concurso de Poesía de Heptagrama